Sueña, imagina dónde irías, elige entre estos tres destinos,me piden desde Madresfera, y yo imagino, sueño despierta, aunque no gane el concurso yo imagino. Imagino esa escapada para desconectar un poco. Ese primer viaje los cuatro juntos, con el bebé, sus primeras vacaciones, esas que él no recordará pero que a nosotros nos quedarán en el recuerdo para siempre.
Madresfera, gracias a Booking.com, nos invita a soñar con nuestro destino elegido entre tres opciones: Las villas del Cué (Asturias), Can Bassa (Girona) y La Brizna (Cáceres) Y yo lo tengo claro…Llanes, Asturias, porque es un lugar mágico. Monte, mar, buena comida y buena gente. Magia en el ambiente. Asturias, paraíso natural que me llama y atrae, paisajes de un verde infinito. Rincones de la naturaleza que parecen mágicos. Playas donde bañarse y sobre todo donde jugar. Porque aunque el tiempo no sea el más idóneo para la playa, a nosotros nos gusta también la playa en invierno (o en primavera). Para jugar con la arena, correr y divertirse no hace falta sol, sólo ganas. (Lo de bañarse se lo dejamos a aquellos valientes que se atrevan)
Y soñaré. Soñaré con perseguir al pequeñajo mientras corre por las calles de Llanes intentando descubrir cada rincón. Soñaré con disfrutar con la panorámica del mar mientras andamos por el paseo de San Pedro. Soñaré con visitar los bufones, naturaleza en estado puro, respirar el aire fresco que tan bien nos sentarà a los cuatro. Soñaré con ver los cubos de la memoria y comentar sus dibujos con el pequeñajo, hablando de formas y colores. Soñarè con gastronomía, con esos bares y restaurantes de los que es imposible salir con hambre. Soñaré con que el pequeñajo tenga la oportunidad de degustar esos manjares, que disfrute mientras come. Y soñaré que nos acercamos a turistear por Ribadesella.
Soñaré con Las villas del cué, que parecen llamarme. Parecen pensadas para nosotros. Así que seguiré soñando, con volver tras la comida a uno de sus apartamentos para que el pequeñajo pueda echar la siesta. Soñaré que por la mañana desayunamos tranquilamente sentados a la mesa en el jardín, mientras el pequeñajo corre y corre por la hierba. Aire libre. Aire fresco. Soñaré con sentarnos a descansar después de un largo día de turismo en uno de los sofás que tan cómodos parecen en las fotos, con relajarme en la bañera mientras mi marido se ducha junto al pequeñajo en el otro baño. Relajarme, qué bien me vendría relajarme después de estos últimos meses agotadores como bimadre. Dos habitaciones. Perfecto. Soñaré que en una de ellas descansamos nosotros dos con el bebé siempre cerca y el pequeñajo en el otro cuarto. Imaginaré que nos acercamos dando un pequeñísimo paseo hasta la playa de Cué para jugar con la arena. Porque las Villas del Cué invitan a soñar con paraísos cercanos, paraísos en la tierra.

Porque aunque no gane, soñaré, porque soñar es viajar con la imaginación.

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