«Ojalá —pensaba la señorita Émilie Sagée—la vida fuera sólo el feliz resultado de nuestros deseos y nuestra voluntad, y no una mansión a oscuras en la que andamos a tientas y tropezando desconcertados.»El Pensionado de Neuwelke es la historia de una joven institutriz francesa aquejada de una rara y terrible afección que la c onvierte en una proscrita. Tras recorrer Europa huyendo de un implacable exorcista, la maestra llega al Pensionado de Señoritas de Neuwelke, en los gélidos y desolados parajes de Livonia. Allí, por fin, Émilie cree haber encontrado el sosiego y la paz que anhelaba: el propietario del colegio, los profesores, las damas de compañía y las alumnas, junto a un viejo y malhumorado jardinero escocés, conforman un paisaje humano en el que la amistad, la generosidad y la honradez se verán forzadas a luchar contra los celos, las ambiciones y el fanatismo. Una gran novela que rinde homenaje a la mejor literatura decimonónica.
Cuando leí la reseña del libro…me llamó la atención, fue uno de los regalos de aniversario que me hizo mi marido, y a pesar de que quizás yo no lo habría elegido, reconozco que la primera impresión me causó una buena impresión.
Comencé a leerlo y la prosa, la forma en que está redactado, me sorprendió, no me lo esperaba de esa manera, no estoy acostumbrada a ella. Al principio me costó acostumbrarme a ella pero una vez lo hice; me cautivó.
La historia narra las vivencias de Émilie Sagée. una instritutiz aquejada de una extraña «maldición» que la persigue donde quiera que vaya, haciendo imposible que se establezca en cualquier lugar o que pueda formar relaciones duraderas. Se centra en el curso que pasa en el pensionado de Neuwelke y los acontecimientos allí acaecidos.
Me ha gustado, diferente al estilo al que estoy acostumbrada a leer, pero entretenido, una historia que engancha pero que me deja sin saber a ciencia cierta como acaba realmente, quizás sea yo que no lo he entendido.
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