«Gacelas que comen leones», titulo que sin duda llama la atención de quienes ven el libro. Confieso que hasta bien entrada la historia no pude comprender el significado del mismo, no esperéis una historia relacionada con animales en la sabana africana porque eso no es lo que encontraréis. La trama transcurre entre humanos, en el mundo del teatro, en París, no explicaré más sobre el título por no hacer ningún spoiler.
Lo siguiente que llama la atención es su narrativa, la persona elegida para contarla, puesto que la historia es narrado es primera persona con varias alusiones al lector, en segunta persona. Esto hace que sintamos que la historia nos está siendo contada a nosotros, apelando a nuestro juicio y comprensión. Pareciera que Alicia Bonaldi, la protagonista de la historia, nos estuviera relatando su trayectoria, justificando por qué ahora mismo se halla donde lo hace, tan lejos de donde comienza la historia, tan lejos también de sus propios orígenes.
Gacelas que comen leones narra una historia de sueños que se persiguen, de trabas en el camino, de un camino no todo de rosa, de un mundo que desde fuera pinta idílico pero que una vez dentro, todas esas personas aspirando a pertenecer al mismo descubren que es duro, muy duro. Nos habla del teatro. La protagonista quiere ser actriz, y para ello, viaja desde Madrid a París, con el propósito de estudiar arte dramático en una de las mejores escuelas, luchará, sufrirá y vivirá momentos dulces pero también otros que nos harán sentir su dolor con ella porque sentir empatía en una de las historias que cuenta sobre una de sus amigas es ciertamente inevitable si poseemos un mínimo de humanidad.
Una historia dura, sobre la lucha por perseguir nuestros sueños.
Titulo: Gacelas que comen leones
Autora: Agathe Cortes
Editorial: Suma
Número de páginas: 352
Precio aproximado: 18,90€
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