Segundo jueves que me animo a esto del diccionario de la maternidad, y esta vez le toca a la «b», b de bueno o de buena, según el caso.
«La maternidad de la A a la Z» es un carnaval de blog iniciado por Trimadre a los Treinta que consiste en que cada madre participante describa un sentimiento al que ha descubierto un nuevo sentido con la maternidad, o una faceta de su personalidad que desconocía antes de ser madre. El objetivo es crear en red, colaborando unas con otras, un «Diccionario de madres» con el que reírnos, emocionarnos y conocernos un poco más.
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Bueno, dícese de esa característica común a todos los bebés.
Bueno, buenos son todos los bebés. Cansa, cansa escuchar eso de «uy, qué bueno es» «¿es muy bueno, no?» y demás variantes. Porque sí, señores y señoras, mi bebé es bueno, como lo son todos los bebés. Me niego a creer que existan bebés malos. Los bebés que lloran lo hacen por algo, por hambre, sueño, malestar, aburrimiento, dolor, porque no te aguantan…los bebés no lloran para fastidiar a nadie. No lloran para engañar ni manipular. Los bebés lloran porque no conocen otro modo de comunicarse y necesitan hacerlo. Necesitan expresar sus necesidades y lo hacen de ese modo.
Me cansa tener que oír cómo se clasifica a los bebés en bueno o malo, dependiendo de si cumplen lo que los adultos esperamos y queremos que hagan. Si un bebé no duerme toda la noche seguida, si se despierta cada tres horas, o cada media hora, si come, si caga, si etcétera, etcétera, en seguida hay alguien que se apresura en clasificarlo en malo o no tan bueno como sería deseable. Pues no, los bebés son todos buenos, y punto, no hay más vuelta de hoja.
Por eso hoy, la b es de bueno, porque esta entrada está dedicada a todos los bebés que tienen que oír cómo todo el mundo opina sobre cada cosa que hacen o dejan de hacer.
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