Las chicas de Manhattan es una novela protagonizada por cuatro mujeres valientes, independientes, amigas, con sus altibajos en su amistad, amor y vidas, con vidas muy diferentes entre sí pero con una característica común que las une y las hace tremendamente especiales: ser mujeres independientes en la década de los años 20, con todo lo que ello conlleva y atañe.
Es prácticamente imposible no sentir simpatía por Dotty, Peggy, Jane y Winifred. Son mujeres trabajadoras, con sueños, y ganas de ser felices. Una es periodista, la otra actriz, la otra trabaja para una importante revista…dos están casadas, otra busca el amor…mil y un historias que nos harán sentirlas como cercanas, como si realmente las conociéramos de toda la vida.
Un libro dividido en capítulos, cada uno protagonizado por cada una de las protagonistas, conociendo de este modo todos los puntos de vista, la historia transcurre durante algunos años. Comencé a leer el libro sin fijarme demasiado en los nombres de las protagonistas, sin leer tampoco la contraportada, pero después, cuando al acabar el libro leí también el epílogo, me sorprendí, saber que estas mujeres existieron de verdad, que el libro está basado en sus vidas, utilizando mucho la ficción pero recreando momentos y anécdotas que podrían perfectamente haber sido reales…saber esto, hizo que todavía me resultaran más entrañables Dotty, Jane, Peggy y Winifred.
Sexo en Nueva York en la década de 1920, con la ingeniosa escritora Dorothy Parker y sus amigas como protagonistas.
Dorothy Parker, “la mujer más ingeniosa del mundo”, y sus tres amigas se abren paso en la vida, el amor y sus carreras profesionales en la ciudad de Nueva York.
Nueva York, 1921. La vida nocturna y cultural de la ciudad es más frenética que nunca y el alcohol de contrabando circula de forma clandestina a pesar de la Ley Seca. En este ambiente se cruzan los destinos de cuatro mujeres extraordinarias.
Dorothy Parker, una mente brillante que esconde su fragilidad detrás de comentarios mordaces. Jane Grant, primera mujer reportera de The New York Times y fundadora de The New Yorker. La actriz de Broadway Winifred Lenihan, en busca del papel de su vida. Y Peggy Leech, secretaria durante el día y brillante novelista por la noche.
Las cuatro comparten experiencias, se consuelan y se apoyan en los contratiempos. Pero su mayor reto será mantener a su querida amiga Dorothy a salvo de sí misma
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