Un libro de grandes dimensiones, eso fue lo primero que me sorprendió al verlo, es grande, mayor que los libros a los que estamos acostumbrados en esta casa. Las ilustraciones son muy bonitas, cuidadas (Por cierto, atentos a los ratones que aparecen en cada página, pueden servirnos para jugar a encontrarlos, o imaginar su historia) Cada animal, además, tiene una personalidad diferente que puede ser claramente identificada.
Imaginaros la situación, una granja con diferentes animales, el anuncio de la llegada de un nuevo caballo y el nerviosismo que esto genera. Y tales son las ganas de ver al nuevo inquilino, que no dejan ni terminar la frase a la vaca Katya y esto, aunque parezca extraño, conlleva sus consecuencias.
¿Un unicornio? ¿Podrá ser verdad que el nuevo habitante de la granja es un unicornio? ¿Blanco, esbelto y ,sobre todo, con un cuerno en medio de la frente?
El poder de la imaginación, el dejar que vuele creando historias, a veces, cuando no vemos una cosa, nuestra imaginación se dispara haciéndonos imaginar mil cosas diferentes.
En esta historia se puede ver el poder de la imaginación, se puede utilizar también para mostrar a los niños lo importante que es saber escuchar, respetar el turno para hablar…, saber apreciar las diferencias y peculiaridades de cada uno, aceptando a las personas como son.
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